Es el edema macular, causado por diabetes, y puede comenzar de manera asintomática.
Produce distorsiones en formas y colores y se la detecta en controles de rutina.
El mejor tratamiento disponible ahora se perfeccionó para mejorar la adherencia.
Aunque el 10% de los mayores de 60 años desarrolla una enfermedad que deteriora la vista llamada Degeneración Macular Relacionada con la Edad (DMRE), el 66% de los participantes en una reciente encuesta a 8.000 personas de Argentina, Brasil, Colombia y México dijo no conocer la enfermedad. En paralelo, el 76% de los consultados afirmó que tampoco sabía qué era la retinopatía diabética, afección muy común en personas con diabetes 1 y 2, que puede derivar, también, en edema macular.
Son dos caminos que conducen casi al mismo lugar: una condición clínica indeseable que puede provococar un daño irrevisible en la vista e, incluso, provocar ceguera. En el primer caso, el problema se relaciona al envejecimiento, tema nada menor, considerando que vivimos más años y tendemos a tener menos hijos, lo que se traduce en un envejecimiento de la población que trae aparejados este tipo de ribetes.
En el segundo caso, la degeneración macular se vincula a la diabetes, condición en alza y una de las principales “enfermedades crónicas no transmisibles”, como se denomina al conjunto de afecciones no contagiosas que, como la hipertensión o las cardiopatías, son consideradas un signo del estilo de vida de estos tiempos. Se suma un dato importante y es que la diabetes tipo 2 (el 90% de los casos) tiene un peso específico en contextos de pobreza, ya que está estrechamente vinculada a la mala alimentación.
Datos de la OMS recuerdan que las 108 millones de personas con diabetes en 1980, en 2014 se multiplicaron y pasaron a ser 422 millones. Según la Federación Internacional de Diabetes, hoy hay 540 millones de personas con esa enfermedad y se espera que en 2045 sean 783 millones.
Traducido, uno de cada ocho adultos podría quedar expuesto a una de las consecuencias más usuales en estos pacientes, que es la retinopatía diabética, que en su forma empeorada puede generar edema macular.
Qué es el edema macular y por qué controlarse
El concepto “edema macular” alude al daño o engrosamiento que se produce en una especie de película sensible a la luz que está en la parte de atrás de la retina.
El daño en esa película -la mácula- puede darse tanto por el paso del tiempo como por las disfuncionalidades que empuja la acumulación de azúcar en los vasos producto de la diabetes. En los dos casos, la enfermedad podría comenzar en forma asintomática, pero es detectable con los controles oftalmológicos usuales.
Si lo percibe, el paciente podría tener distorsiones en las formas y colores, en especial, la aparición de manchones negros en la visión frontal y la sensación de que las líneas rectas se ondulan o deforman, igual que cuando uno abre los ojos bajo el agua.
Si bien existen tratamientos (y una novedad interesante que se comentará al final de estas líneas), hay consenso respecto de la importancia de la detección temprana, justamente para detener el deterioro y recuperar, en alguna medida, las habiliadades perdidas.
Pacientes empoderados frente al edema macular
El estudio que reportó el desconocimiento de la población sobre el tema fue realizado por una consultora de estudios de mercado brasileña llamada Ipec (a pedido de la multinacional Bayer, que comercializa una de las drogas para el tratamiento del edema). Participaron 2.000 personas de cada uno de los cuatro países mencionados, incluyendo 300 con diabetes, en cada caso.
Que la Degenación Macular Relacionada con la Edad (DMRE) haya sido un concepto ignorado por el 66% de los entrevistados es preocupante por lo que la prevalencia indica.
Aunque se suele decir que la enfmerdad afecta al 10% de los mayores de 60% años (y que llega al 30%, en los mayores de 85), el paper Age-Related Macular Degeneration: Epidemiology, Pathophysiology, Diagnosis, and Treatment, publicado en una revista del grupo Nature, en 2022, afirma que la DMRE afecta a uno de cada ocho adultos mayores de 60 y que es una de las mayores causas de ceguera irreversible en adultos mayores de países en desarrollo
En cuanto a la diabetes, un dato sorprendente del estudio es que mientras el 57% de los consultados consideró que la falta de controles de esa enfermedad es una de las principales causas de ceguera (o sea que está presente el puente entre ceguera y diabetes), el 51% de los entrevistados consideró -extrañamente- que la pérdida de la visión la provoca “una infección”, algo que solo en casos remotos podría ocurrir.
Sin embargo, quizás preocupe más este otro dato: entre los participantes que se declararon diabéticos, solo el 44% dijo haber recibido orientación con respecto a su salud ocular y derivado a la consulta con un oftalmólogo.
Seco o húmedo, cómo se trata el edema macular
El modo de tratar el edema en la mácula se relaciona con la forma que tiene la afección, que puede presentarse “seca” o “húmeda”. La primera puede derivar en la segunda, considerada un empeoramiento del cuadro.
Como en ambos casos hay una proliferación de vasos inflamados, una de las opciones, si no hay filtración de líquidos, es el uso de láser, para sellar en distintos puntos. Sin embargo, cuando el cuadro es húmedo, la tendencia general (lo que los expertos llaman tratamiento goldstandar) es el uso de medicamentos antiangiogénicos, que apuntan directamente a frenar la generación de nuevos vasos. Son tratamientos muy caros y, aunque requieren la aplicación de pequeñas inyecciones en el ojo, el resultado es considerado superador.
En Argentina, estos tratamientos de alto costo en principio se cubren, siempre que esté la adecuada indicación del médico. Esta información fue confirmada a Clarín por tres fuentes: la obra social IOMA, el PAMI y el área de Oftalmología del Hospital Italiano de Buenos Aires.
La Sociedad Argentina de Oftalmología (SAO) informa que existen dos anticuerpos monoclonales usados para el edema húmedo relacionado a la diabetes: bevacizumab, que inhibe el llamado “factor de crecimiento vascular endotelial” (o VEGF); y el ranibizumab, producido en células de Escherichia coli por técnicas de ADN recombinante.
Sin embargo, hace unos diez años existe una tercera droga llamada aflibercept, que se utiliza en el tratamiento de edema macular, sea por edad como por diabetes.
El problema de la adherencia de los pacientes con edema macular
En Argentina, el uso de aflibercept de 2 miligramos está aprobado desde 2015 y en su “Guía para el diagnóstico, tratamiento y complicaciones del edema macular diabético y la retinopatía diabética” (documento de “consenso” publicado en 2022), la SAO le dedica a este fármaco seis páginas con enfáticas recomendaciones basadas en distintos estudios clínicos recientes. Afirman que esta droga, en varios sentidos, ofrece resultados superiores a las otras comentadas.
Una noticia reciente que vale destacar es que, aunque uno de los grandes problemas del uso de antiangiogénicos es la adherencia y la forma invasiva de la aplicación (en el caso del afliberceptl, los pacientes deben recibir las inyeccciones cada seis semanas, de modo que se tiende al abandono), en mayo la ANMAT aprobó una nueva versión de afliberceptl (la marca comercial es Eylea y estaría disponible en el segundo semestre de este año) con una dosificación de 8 mg, que promete un espaciado mayor de las inyecciones.
El estudio de fase 3 que siguió a los pacientes durante dos años mostró que las inyecciones pueden recibirse al menos cada 16 semanas.
Es una puerta nueva ante el problema de la adherencia, pero sigue exigiendo -no obstante- la activación de campañas oficiales que den mayor información a la población general y estimulen el control oftalmológico anual. En particular, a las poblaciones más vulnerables: las personas de bajos recursos y los adultos mayores.
PS