En un vehículo estacionado cerca del evento y perteneciente a Thomas Matthew Crooks fueron encontrados explosivos.
Además, hay reportes que indican que el arma había sido comprada por el padre del atacante.
El ex presidente y candidato Donald Trump envió un mensaje este domingo a los estadounidenses tras el intento de asesinato a balazos en Pennsylvania del que milagrosamente salió apenas herido en una oreja: “Solo Dios evitó que sucediera lo impensable”, dijo el magnate y aseguró que su campaña seguirá como estaba previsto.
Además, comienzan a revelarse más datos del atacante, de 20 años, identificado como Matthew Crook, oriundo de Bethel Park, de una ciudad vecina a donde fue el ataque. El asesino, que fue abatido por las fuerzas de seguridad luego de que disparara varias veces contra Trump y la multitud, estaba apostado en el techo de una instalación vecina a unos 150 metros del escenario del acto, con un rifle de asalto AR 15, un arma que es usada habitualmente en las masivas matanzas en EE.UU.
Crooks tenía explosivos en su auto, reportaron medios estadounidenses este domingo, en el marco de la investigación por intento de asesinato contra el exmandatario y candidato republicano. The Wall Street Journal y CNN señalaron que materiales explosivos fueron encontrados en un auto perteneciente a Crooks, identificado como el tirador. El vehículo estaba estacionado cerca del lugar del evento de campaña en Butler, Pensilvania.
El agente agregó que por el momento tampoco se ha identificado “una ideología asociada con el sujeto“.
Los investigadores agregaron que por el momento estudian el hecho como un caso de “terrorismo doméstico”, y que han mandado el arma y el teléfono celular de Crooks a un laboratorio del FBI en Virginia. Añadieron que las publicaciones en redes sociales y textos hechos por el joven y que han sido revisados hasta el momento por los efectivos policiales no revelaban ninguna ideología política, ni tampoco se han descubierto antecedentes de algún tipo de enfermedad mental.
Hay reportes que indican que el arma había sido comprada por el padre del atacante, aunque el joven podría haberla adquirido él mismo porque era mayor de 18 años. Otra fuentes dijeron que el asesino tenía una serie de explosivos dentro de su auto y en su casa.
No hay pistas aún sobre el motivo del atacante. Crook estaba registrado como republicano en los padrones electorales, pero también había hecho donaciones a una agrupación demócrata. En sus redes sociales, que fueron cerradas por las autoridades, se lo veía vestido con capa y gorro de graduación de la escuela secundaria.
Crooks había estado trabajando como asistente de nutrición en el Centro de Rehabilitación y Enfermería Especializada de Bethel Park. Marcie Grimm, administradora de la instalación, dijo que la organización estaba conmocionada al enterarse de su participación en el tiroteo, diciendo que había “realizado su trabajo sin preocupación y su verificación de antecedentes estaba limpia”. Se negó a discutir más detalles de su empleo, diciendo que los funcionarios del centro estaban cooperando con los investigadores policiales.
Dos ex compañeros de clase que asistieron a la escuela secundaria Bethel Park con el atacante dijeron que no habían notado ninguna señal de advertencia obvia. Uno de los compañeros de clase, Zach Bradford, dijo que había tomado clases de historia y gobierno de Estados Unidos con él, que parecía ser “increíblemente inteligente” y que sus puntos de vista en la escuela secundaria parecían “ligeramente inclinados hacia la derecha”.
Bradford dijo que recordaba un par de casos en los que sus compañeros de clase le hicieron pasar un mal rato a Crooks, pero se sorprendió cuando escuchó que el joven había sido identificado como el tirador.
En su comunicado en Truth Social, Trump dijo: “Gracias a todos por sus pensamientos y oraciones de ayer, ya que fue solo Dios quien evitó que sucediera lo impensable. NO TEMEMOS, sino que permaneceremos resilientes en nuestra Fe y desafiantes ante la Maldad”.
“Nuestro amor está con las otras víctimas y sus familias. Oramos por la recuperación de los heridos y mantenemos en nuestros corazones la memoria del ciudadano que fue asesinado tan horriblemente”, agregó.
Finalmente hizo un llamado a la unidad para sus seguidores y anticipó que hablará al país en los próximos días. “En este momento, es más importante que nunca que nos mantengamos unidos y mostremos nuestro verdadero carácter como estadounidenses, manteniéndonos fuertes y decididos y no permitiendo que el mal gane. Realmente amo a nuestro país y los amo a todos, y espero poder hablar con nuestra Gran Nación esta semana desde Wisconsin”, cerró en referencia al estado donde se realizará la Convención Nacional Republicana.
Sigue en campaña
De esta manera, Trump confirma que su agenda electoral no será alterada por el ataque. Este lunes comienza en Milwaukee la cita del partido donde el ex presidente será formalmente nominado como candidato. En esta fiesta partidaria el postulante bendecido habla el último día, el jueves, en un discurso triunfal y en horario central, en medio de una suelta de globos blancos, azules y rojos.
El cronograma indica que el día previo, en este caso el miércoles, pronuncia su discurso el candidato a vicepresidente, una figura que Trump aún no ha nombrado. Tenía previsto hacerlo este lunes o martes, pero quizás el anuncio sea alterado por el ataque.
Este domingo también se manifestó la ex primer dama Melania Trump, que había estado en silencio por varios meses, mientras a su marido lo juzgaban y lo condenaban por un caso de adulteración de documentos contables para ocultar el pago a una actriz porno durante su campaña.
“Cuando vi esa bala violenta golpear a mi marido, Donald, me di cuenta de que mi vida y la vida de Barron (el hijo que tienen ambos) estaban al borde de un cambio devastador”, dijo Melania.
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Uno de los espectadores que se encontraba posicionado a espaldas del candidato republicano grabó la secuencia del ataque.
Calificó al tirador como un “monstruo” y pidió a los estadounidenses que recuerden sus puntos en común, diciendo que “más allá del rojo y el azul, todos venimos de familias con la pasión de luchar juntos por una vida mejor”.
El ataque en el acto electoral en Butler, Pennsylvania, además de herir a Trump, mató a un espectador en el lugar y dejó a otros dos heridos de gravedad, dijeron las autoridades. Trump tenía sangre en la cara mientras era escoltado fuera del escenario levantando el puño mientras pedía a la multitud “¡Luchen, luchen!” y la gente gritaba “USA, USA”.
Más tarde el ex presidente dijo en las redes sociales que una bala le había perforado la oreja derecha. Trump fue trasladado de urgencia a un hospital después del mitin, pero salió de su avión por la escalerita sin ayuda cuando aterrizó en Nueva Jersey horas después.
El presidente Biden interrumpió el sábado su descanso en su casa de playa en Rehobot, Delaware, y se volvió a la Casa Blanca para seguir de cerca la situación. Habló por teléfono con Trump y le envío su solidaridad. En un comunicado y en una aparición ante las cámaras horas después del ataque, Biden había dicho que agradecía que Trump hubiera salvado su vida y que estaba horrorizado porque ese tipo de violencia azotara al país.
El presidente tenía previsto recibir una sesión informativa de funcionarios de seguridad nacional y de aplicación de la ley en la Casa Blanca, mientras persistían las preguntas sobre el motivo, las posibles fallas de seguridad y los preparativos del Servicio Secreto para la manifestación.
El Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes dijo que investigaría el intento de asesinato y que pidió a Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto, que testificara en una audiencia el 22 de julio.
Algunos partidarios prominentes de Trump, incluido el senador J.D. Vance de Ohio, que es uno de los más firmes candidatos a ser vice republicano, dijeron que el lenguaje incendiario de los demócratas era el culpable de la violencia.
Los directores de campaña de Trump, Susie Wiles y Chris LaCivita, enviaron un memorándum a los miembros del personal diciéndoles que evitaran sus oficinas mientras eran evaluados por seguridad. En el memorando, al que tuvo acceso The New York Times, instaron al personal a no comentar públicamente sobre el tiroteo y dijeron que “no tolerarán una retórica peligrosa en las redes sociales”.
PB