Las pruebas olfativas de los perros son un indicio clave en la investigación por la desaparición de Loan.
Algunos creen difícil que un perro pueda detectar el rastro del chico 9 días después.
Pero los expertos aseguran que con sólo 5 minutos sentado el olor se puede por un lapso de 10 días.
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La Justicia no logra saber qué pasó con Loan Peña, que desapareció hace doce días en la casa de su abuela, en el Paraje Los Algarrobos. Durante todo ese tiempo se detuvieron a seis personas, entre ellos: familiares, una funcionaria, un policía y un ex marino. La investigación es caótica. La principal hipótesis apunta a la trata de personas. Y, según fuentes judiciales, todos son sospechosos. En la investigación se usaron perros entrenados que aportaron parte de la poca información del caso. Así se supo -por medio de rastros de olor- que Loan nunca salió de la casa del abuela y que supuestamente estuvo en la camioneta Ford Ranger y el Ford Ka, de Caillava y Pérez, ambos apresados.
El aporte de los caninos es fundamental para la investigación. Y por ahora son la principal herramienta con que cuenta la Policía. En este tipo de casos, suele usarse perros entrenados en distintas disciplinas de búsqueda. Hay cuatro categorías. Una de ellas es la odorología forense, cuya especialidad es la extracción e investigación de olores en objetos. “Son perros de laboratorio. Se los entrena para detectar olor en paños impregnados con el olor de una persona”, explica Juan Pablo Favot Luconi, guía y adiestrador de perros.
Este tipo de perros se usaron en los vehículos que pertenecen a Pérez, ex marino y sospechado de llevar Loan a Chaco. Para determinar el olor se realiza primero un proceso anterior. “Con una pistola de calor se calienta el paño del asiento del auto y así se extrae el olor. La muestra se guarda en un frasco esterilizado. El perro olfatea alguna prenda de la persona desaparecida y luego lo llevaron a la rueda de reconocimiento, donde colocan cinco frascos, uno de ellos con la muestra y cuatro falsos. Ahí el perro reconoce o no el olor de la muestra”, expone Favot Luconi.
Los perros que olfatearon los autos de Pérez detectaron olor a Loan en el noveno día de la investigación. Una de las hipótesis especula que el ex marino y su mujer llevaron al pequeño hasta 9 de Julio en la Ranger. Y de ahí a Chaco en el Ford Ka. De la casa de la abuela del pequeño, en Algarrobos, hasta la casa de los detenidos hay unos quince minutos de viaje. Con lo cual, en el caso de que Loan hubiera estado con ellos en el auto, su olor podría durar más 20 días.
La odorología forense es una de las cuatro categorías que hay. Otra es la de persona viva de olor genérico. Son perros que buscan rastros en lugares abiertos. La tercera es la especialista de personas vivas de olor específico, que son las que se usaron en la casa de la abuela. “Es el que marca un camino o marca el lugar donde estuvo la persona”, cuenta Favot Luconi. La última categoría es la de restos humanos.
Los perros de rastro específico y odorología forense tienen memoria olfativa a corto plazo. Mientras se den las muestras de olor. Y los de olor de persona viva o muerta, se entrena con olor genérico a largo plazo. “Si el perro asoció el olor debidamente, y está bien entrenado, en estos casos puede recordar el olor toda la vida”, agrega el adiestrador.
Los rastros de olor no duran siempre igual. Todo depende cómo fue conservado. En un lugar oscuro, seco y con temperaturas medias se conserva mucho mejor. En cambio, en sitios más expuestos, como al aire libre, se pierde más rápido. También depende del tiempo que la persona estuvo en lugar sindicado.
Estos perros empiezan a ser entrenados a los 80 días de vida. A los tres meses, aprenden obediencia. Y a partir de los siete meses les enseñan la disciplina específica. Al año y medio ya están operativos Se entrena entre tres y cuatro veces por semana .A los ocho años ya pasan a disponibilidad.
PS