Néstor Soto está acusado de matar a Catalina Gutiérrez, su compañera de facultad, el miércoles pasado.
El sospechoso está alojado en la cárcel de Bouwer, donde dice que dos personas se le acercaron con mensajes intimidantes.
En el penal de máxima seguridad de Córdoba, en la pequeña localidad de Bouwer, Néstor Soto (21), acusado por el femicidio de Catalina Gutiérrez, le dijo a su madre que fue amenazado de muerte por dos personas que se le acercaron cuando lo trasladaban dentro de la cárcel.
Siete días después del crimen que conmociona Córdoba y al país, Gastón Schönfeld, abogado defensor del imputado, le dijo a Clarín que esperarán que Soto sea llevado a declarar para tener acceso al expediente y recién en ese momento definirán la estrategia legal.
El lunes, tras recibir a los padres y a la hermana de Catalina, el fiscal José Mana comunicó el cambio de carátula de “homicidio simple” a “homicidio calificado agravado por alevosía y por mediar violencia de género” (femicidio).
Schönfeld le dijo a Clarín que cuando entrevistaron a Soto en el penal se mostró “en estado de shock y arrepentido”.
Según lo que trascendió hasta el momento de la causa judicial, el hecho ocurrió el miércoles pasado cuando Catalina se detuvo en la casa de Soto antes de ir a una reunión con sus compañeros de la Facultad de Arquitectura en el céntrico shopping Patio Olmos.
Fuentes de la Fiscalía admitieron que, más allá de los dichos del acusado ante los oficiales de la Policía que le tomaron declaración como testigo, hay un buen número de pruebas que lo comprometen y que llevaron a que se agrave su imputación.
Schönfeld sostuvo que en ningún momento la defensa planteó que rechazan de manera anticipada la supuesta confesión del joven detenido. “Lo que manifestamos es la diferencia entre los dos tipos de declaraciones, una cosa es declarar como testigo ante la Policía y otra ante el fiscal”, dijo el abogado y aclaró: “El Tribunal Superior de Justicia otorga valor probatorio a la prueba testimonial del policía, pero le impone límites a esa valoración y a esa supuesta declaración espontánea”.
En este sentido, el letrado remarcó: “Hasta tanto no tengamos acceso al expediente no sabemos qué dijo el funcionario provincial que haya dicho Néstor”.
“Era el amor de mi vida”, fue una de las citas textuales atribuidas al compañero de Facultad de Catalina Gutiérrez que hoy está acusado del crimen.
El abogado que defiende a Soto afirmó que es totalmente falso que se haya producido tal confesión.
“Lo que discutimos y negamos desde ya es la idea de que él hubiera dicho que se trataba del amor de su vida o que la mató porque la amaba. Eso estamos en condición de negarlo rotundamente”, indicó Schönfeld.
Y continuó: “Para cualquier otro tipo de planteo aguardaremos tener acceso al expediente para que nuestro representado pueda ejercer su derecho material a la defensa”.
La amenaza
El abogado aseguró que según el testimonio que le trasladó la mamá de Soto, el joven fue amenazado por otras dos personas dentro del penal de Bouwer. No se aclaró si se trató de otros presos o de personal del Servicio Penitenciario.
“Él nos informa que en cercanías del panóptico que se encuentra en el ala derecha del módulo MD1, en circunstancias de que volvía de una videoconferencia, dos personas se le acercaron e hicieron referencia a la causa y concretamente lo amenazaron de muerte”, le contó a Clarín el abogado.
“Uno de los dos sujetos le dijo: ‘¿Qué hacés, pichón? ¿Estás solo? ¿Dónde estás alojado, dónde te tienen?’ Y el otro se acercó y le dijo: “Te voy a matar, pichón, te voy a matar. Lo conocemos al Marce, de barrio Inaudi”, relató Schönfeld.
En este punto, aseguró que él mismo le pidió a las autoridades del penal que extremen las medidas de seguridad para proteger a su defendido.
Córdoba. Especial
MG