Le costaba mucho a Boca vulnerar el dispositivo defensivo de Cruzeiro. Demasiado se había replegado el equipo brasileño en la segunda parte, y le había cedido campo y pelota a los dirigidos por Diego Martínez. Insistía Boca, pero le faltaba claridad para llegar hasta los dominios de Cássio, mientras la Bombonera rugía y empujaba en busca de la victoria, en el partido de ida por los octavos de final de la Copa Sudamericana.
Boca ya tenía el control del partido. Faltaba algo más para romper el cero en la noche del jueves. Hasta que llegó la combinación justa, el momento preciso. Todo había sido lento y previsible hasta que Medina ubicó a Zenón, parado sobre la derecha; el ex Unión no tardó nada en enfocar a Cavani, giró y allí fue la asistencia pasante entre los centrales. El delantero uruguayo hizo el resto, con una definición de primera, un toque sutil que dejó desparramado a Cássio, que salió desesperado a tapar, pero cuando quiso cerrar la pelota ya lo había superado. Fue 1-0, suficiente para quedarse con la victoria.