La ultraderecha en Italia y en el Parlamento Europeo toma distancia de la premier que apuesta a un atlantismo puro y duro.
Su socio de coalición, Matteo Salvini, es uno de los políticos italianos más afines con el líder ruso.
La vasta crisis política europea que estalló por los extraños resultados de las elecciones francesas –victoria de la derecha de Marine Le Pen en el primer turno que se transformó en derrota (llegó tercera) en la segunda vuelta–, el avance de las derechas y los problemas que afloran en la cumbre de la OTAN con el agravamiento de la guerra en Ucrania y las maniobras que benefician las posiciones del líder ruso Vladimir Putin, ponen hoy en el centro del escenario a la primera ministra italiana Giorgia Meloni.
Meloni, de 47 años, ha decidido jugar la carta del atlantismo duro y puro, con el apoyo del presidente norteamericano Joe Biden que le sirve para frenar la ofensiva del nuevo grupo de extrema derecha de Los Patriotas Europeos del primer ministro Víctor Orban, que cuenta con el respaldo del viceprimer ministro italiano Matteo Salvini y su grupo Identidad y Democracia, pasado con armas y bagajes a los Patriotas.
Meloni dijo este miércoles que en las elecciones francesas “no ganó nadie”, aludiendo en particular a Marine Le Pen, cuyo partido RN ganó la primera vuelta de las elecciones pero perdió después la segunda vuelta y quedó ultima, derrotada por la alianza de las izquierdas que se sufragaron mutuamente con el partido del presidente Macron.
En la península, los tres partidos de la alianza de gobierno de Roma comprenden: Hermanos de Italia, liderado por Meloni (declaradamente de extrema derecha y que capitanea el grupo ECR) con 76 diputados europeos pertenecientes una docena de países, Forza Italia, que integra la coalición del Partido Popular Europeo, conservador liberal, el más numeroso de la Unión Europea, y otra central de extrema derecha, Identidad y Democracia, cuyo inventor y mandamás es el vicepremier Matteo Salvini.
Estas divisiones no auguran nada bueno. Mucho más cuando Salvini ha decidido pasarse al Partido de los Patriotas Europeos.
Salvini es uno de los políticos italianos más afines con el líder ruso Vladimir Putin.
Meloni arriesga quedar aislada por las distintas posiciones de las derechas, que se han hecho patentes en las recientes elecciones para el Parlamento Europeo.
En Italia los movimientos electorales europeos tienen en vilo a Meloni, que ganó las elecciones pero se encuentra ahora sometida a fuertes tensiones políticas.
Diferencias con Salvini
Aunque florece el alejamiento de muchos grupos políticos europeos de la perspectiva de participar con más decisión en defensa de Ucrania, Meloni asegura participar de los envíos de armas a los ucranianos para detener a los rusos, que siguen a la ofensiva. Su viceprimer ministro Salvini le respondió directamente señalando que “cuanto más armas se envían, continua la guerra”.
Su aliado Salvini, además, en una posición totalmente distinta a la de Meloni, ha continuado a acercarse al líder republicano Donald Trump, enfrentado en las elecciones presidenciales norteamericanas con el presidente Joe Biden, apoyado por Meloni.
No bien se instaló en el gobierno de Italia, Meloni viajó a Washington y se entrevistó con Biden, anunciándole el apoyo total al paternal liderazgo norteamericano. Hace dos días dijo que Rusia “no quiere la paz”.
Meloni espera lograr un acuerdo para apoyar la reelección en el gobierno europeo de la alemana Ursula von der Leyen y pretende que en la votación del Parlamento europeo del jueves 18 ser compensada con el nombramiento de un “ministro” de la UE italiano en uno de los cargos estratégicos en el área económica.