La marea albiceleste dijo presente en el estadio NRG, con la particularidad que por una restricción municipal no se podían hacer asados como ocurrió en las anteriores ciudades.
Carlos, un mendocino que vive en Houston, fue el que llevó la batuta de la banda argentina en la previa.
Houston recibió el apodo oficial de ciudad espacial en 1967, porque alberga el Centro de Naves Espaciales Tripuladas de la NASA, que desde 1992 es uno de los museos más visitados de la región (casi 1.1 millón de personas por año) porque te permite sentirte un astronauta por un día. Y, en el arranque de los cuartos de final de la Copa América, la Selección Argentina tuvo un apoyo desde ‘el infinito y más allá’: Carlos, un mendocino radicado en esta ciudad de Texas, desafió al calor, se vistió del personaje de Pixar Buzz Lightyear para liderar a la hinchada albiceleste.
Acompañado por un rallador que llevaba el ritmo de los bombos y redoblantes en uno de los estacionamientos del estadio NRG, donde los fanáticos de la Albiceleste fueron otra vez una amplia mayoría, este mendocino le contó su historia a Clarín y reveló el misterio de por qué con casi 40 grados centígrados se animó a utilizarlo.
“Es el ídolo de mi hijo, que está en Francia. En 2016 también lo usé y ahora de nuevo”, dice, al recordar aquella semifinal de la Copa Centenario frente a Estados Unidos, en la que la Selección goleó por 4-0 con una brillante actuación de Lionel Messi.
La hinchada argentina no tiene límites y llena de color la previa ante Ecuador.
El repertorio, como siempre, fue variado, con una diferencia fundamental respecto de los pasos por Atlanta, Nueva Jersey y Miami: la ausencia de parrillas. Claro, una restricción municipal impedía en este feriado por el Día de la Independencia de los Estados Unidos hacer fuego en las inmediaciones del estadio.
Hubo otra bandera que llamó la atención en las afueras del estadio: la que contenía siete referentes de la música nacional y la Selección. Allí se veía, por ejemplo, al Flaco Spinetta mezclado con el Indio Solari y Leo Mattioli, junto a Lionel Messi y Diego Maradona. Era propiedad de un grupo de argentinos que llegó desde Chicago.
Es una imagen que se repite esa en los diferentes escenarios donde se presentó la Scaloneta, porque los fanáticos que están en ciudades cercanas se animan a manejar o subirse a un avión para tratar de ver bien de cerca a los campeones del mundo.