Con Mbappé todavía enmascarado, el subcampeón del mundo se impuso ante unos Diablos Rojos que no propusieron nada.
Kolo Muani marcó el gol que metió a Les Bleus en los cuartos de la Eurocopa.
A Francia le costó pero mereció el triunfo. Fue el premio a una búsqueda, aunque haya sido infructuosa por momentos. Y el castigo a una Bélgica mezquina, que si bien tuvo sus chances, se enamoró del cerrojo que armó y no se animó a más. La victoria gala, por 1 a 0, casi que se dio por inercia. Y por el respeto y el temor que sigue infundiendo en sus rivales, a los que les hace pesar su condición de candidato y de ser campeón y subcampeón en los últimos Mundiales.
Dio la sensación que Francia sabía que en algún momento el gol llegaría. Por eso, no fue de extrañar la paciencia y la templanza con la que manejó la jugada previa al tanto del triunfo, el cual llegó tras la aparición de Randal Kolo Muani y el desvío involuntario de Jan Vertonghen que terminó metiendo la pelota en su arco.
Aún sin tener a Mbappé en modo galáctico y sin contar con un el juego avasallante de otros tiempos, el equipo conducido por Didier Deschamps continúa su marcha en la Eurocopa y ya está en los cuartos de final, después de haber sido, sorpresivamente, segunda en su grupo, detrás de Austria.
Por esa razón, en octavos de final le tocó un duro rival como Bélgica, pero que, si bien lo complicó, también lo ayudó por ser tan avaro. Es que al buen cerrojo que armó le faltó algo más. Sobre todo por los buenos jugadores que tiene. Y también porque cuando asomó la cabeza lo complicó a Francia. A tal punto que lo exigió más de una vez con un par de remates de De Bruyne y uno de Lukaku.
Llamó la atención que De Bruyne jugase tan atrás. Pero tuvo una función asignada por el entrenador alemán de Bélgica Domenico Tedesco, como un volante más de recuperación. Jugó muy retrasado y si bien cumplió, por momentos pareció desperdiciado. Así, no tuvo tanto peso en ataque.
Es que cuando el mediocampista del Manchester City lograba pasar la mitad de la cancha o metía algún pase profundo, Bélgica ponía en riesgo a Francia, al que no solo salvó Maignan en algunas oportunidades, sino también Theo Hernández, de gran prestación.
Bélgica pagó caro el excesivo respeto que le tuvo a Francia, al que tuvo que enfrentar por haber quedado increíblemente segunda en su zona, detrás de Rumania por diferencia de gol. Se lo notó inseguro y se terminó yendo a su casa rápido.
El que más tuvo la pelota en el partido fue Francia. Sobre todo, en el segundo tiempo, cuando juntó más pases y, por lo tanto, encontró algunos espacios. Esos que habían escaseado en la primera parte, la cual debe haber sido la más soporífera de la Eurocopa hasta el momento.
En esos primeros 45 minutos Francia estaba en una telaraña. Y se la notaba nerviosa. Tal es así que tuvo tres amonestados en la parte inicial: Tchouameni, Griezmann y Rabiot.
Francia arrancó mejor el segundo tiempo pero, al no poder entrar, abusaba del remate de afuera del área de Tchouameni, quien pocas veces le acertó al arco y cuando lo hizo exigió a Koen Casteels que se arrojó a su izquierda para sacar la pelota.
A Francia le costaba abrir el cerrojo belga. Y necesitaba de los de atrás también. Como cuando apareció Saliba, quien se metió al área con pelota dominada tras un corner, enganchó y definió mal de zurda.
Bélgica seguía agazapada, esperando el momento. Y De Bruyne apareció por sorpresa, luego de una jugada rápida y sacó un remate de gol que no llegó a la red porque otra vez Maignan lo detuvo con sus brazos.
En el medio, Mbappé armó una gran jugada individual en la que gambeteó a varios jugadores rivales hasta patear desde dentro del área, pero su tiro se fue por arriba.
Pasaban los minutos y todo parecía encaminarse al alargue. Aunque Francia no se desesperaba. A tal punto que Deschamps hizo un solo cambio. El de Kolo Muani por Thuram. Y tanto molesto Kolo Muani que terminó siendo clave.
Francia fue paciente. Y encontró su premio cerca del final del partido. Se metió en cuartos de final y su candidatura al título sigue firme y vigente.
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