La mesa chica cegetista se reunirá la semana próxima, tras varias postergaciones, y tiene una amplia agenda de temas para definir que impactarán en el vínculo con la Casa Rosada. Cuáles son los principales reclamos. Este jueves, reunión cumbre del barrionuevismo
Luego de dos semanas de postergaciones, la mesa chica de la CGT volverá a reunirse la semana próxima con una agenda cargada de temas con un eje que genera debates internos: cómo seguirá la relación con el Gobierno. Antes, de todas formas, el sector dialoguista formalizará una tregua en su pelea con Pablo Moyano (Camioneros) luego de las profundas diferencias que mostraron ante la Ley Bases y la convocatoria a la movilización ante el Congreso que terminó con graves incidentes.
De todas formas, hasta los más moderados de la CGT están desconcertados porque tenían señales oficiales de que serían invitados a Tucumán, pero hasta ahora no tuvieron ni un llamado. Incluso aseguraron que en el empresariado tampoco recibieron las invitaciones para el Pacto de Mayo.
Con la la modernización laboral y el paquete fiscal ya convertidos en ley, la cúpula de la CGT aún tiene pendiente el análisis de la situación socioeconómica y la definición de sus próximos pasos luego del paro general de 24 horas que realizó el 9 de mayo pasado. El ala dialoguista, que negoció con el Gobierno el recorte de 42 artículos de la reforma laboral, es partidario de abrir canales de diálogo con la administración libertaria para atenuar el ajuste y evitar medidas que perjudiquen al poder sindical. Pero la fracción más dura, donde se ubican Pablo Moyano y el gremialismo K, presionará para concretar una segunda etapa del plan de lucha, quizás con un paro de 36 horas con movilización.
Como anticipó, hay otro tema que podría llevar a que el Gobierno y la CGT se sienten a negociar: el secretario de Trabajo, Julio Cordero, quiere acordar con los sindicalistas la redacción del decreto reglamentario de la modernización laboral para atenuar los efectos de algunos artículos y evitar que haya una oleada de impugnaciones judiciales de los gremios a la Ley Bases.
De todas formas, no será el único artículo que será “adaptado” en el decreto reglamentario para evitar que la CGT pilotee una embestida ante la Justicia para anular la aplicación de la reforma laboral de la Ley Bases. Esta semana habrá cumbre de abogados sindicales para decidir los puntos que quieren corregir y, si lo aprueba la mesa chica cegetista, habrá un encuentro con técnicos de la Secretaría de Trabajo para tratar de llegar a una reglamentación de la iniciativa que deje conformes a todos.
Por otra parte, el sindicalismo iniciará una ofensiva judicial contra la Ley Bases y el paquete fiscal: los abogados de la CGT y de varios gremios importantes analizan la presentación de amparos para impugnar algunos artículos de esas normas por inconstitucionales. Hasta ahora, la idea es que las denuncias no sean impulsadas desde la CGT sino desde los sindicatos. Si se confirma esa decisión, será también un gesto de buena voluntad hacia el Gobierno por parte de la central obrera.
“Respetaremos las acciones soberanas que tiene cada organización sindical en su actividad para defender sus derechos, más allá de lo que pueda hacer la CGT como tal”, afirmó el secretario de Relaciones Internacionales cegetista, Gerardo Martínez (UOCRA), quien también advirtió: “Todo está habilitado y lo sabremos usar, como lo hicimos cuando debimos actuar como CGT”. Aludíó así a la impugnación de la CGT contra el DNU 70, apenas comenzó el gobierno de Javier Milei, que determinó que la Justicia del Trabajo declarara la invalidez de 6 artículos del decreto.
Sin embargo, la embestida sindical será unánime contra la restitución del Impuesto a las Ganancias. Aquí también la cúpula de la CGT analiza si hace una presentación ante la Justicia, aunque varios sindicatos ya anticiparon sus reclamos ante los tribunales, como Sergio Palazzo, titular de la Asociación Bancaria, y los dirigentes de la Mesa Sindical “El Salario No Es Ganancia”, que integran más de 65 gremios, que consideran que el gravamen es “inconstitucional”.
Para la CGT hay otro tema urticante que podría abrir nuevos frentes de batalla con el Gobierno: la crisis de las obras sociales. Los dirigentes gremiales se quejan de que no encuentran buenos interlocutores oficiales para resolver los problemas financieros que tiene el sistema sindical de salud. Cuando los sindicalistas apuntan a la falta de diálogo no sólo se refieren al ministro de Salud, Mario Russo, sino también al superintendente de Servicios de Salud, Gabriel Oriolo, un ex directivo de OSDE que designaron al frente del organismo que administra los fondos de las obras sociales.
El único contacto de la CGT con Oriolo se produjo a mediados de mayo, cuando aceptó reunirse con el secretario de Acción Social cegetista, José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), quien le planteó los problemas que atraviesan las obras sociales. El funcionario se comprometió en responderle.
La ausencia de soluciones concretas a la crisis de las obras sociales fue uno de los detonantes de una reunión cumbre que tendrán este jueves una veintena de sindicatos alineados con Luis Barrionuevo: analizarán ese tema, pero también habrá debate sobre cómo reactivar a la CGT, a la que este sector critica por su pasividad ante muchas de las medidas del gobierno de Javier Milei.
El encuentro tendrá lugar al mediodía en la sede del Sindicato de Obreros de Maestranza, que lidera Oscar Rojas, y está prevista la presencia de dirigentes como el cotitular de la CGT Carlos Acuña (estaciones de servicio), Daniel Vila (Carga y Descarga), Roberto Solari (guardavidas), Luis Cejas (viajantes) y Rubén Aguiar (panaderos), entre otros, además de invitados especiales como Omar Maturano (La Fraternidad), Julio Piumato (judiciales) y Roberto Fernández (UTA).