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Santa Teresita

Las pruebas de fidelidad que pide Javier Milei y por qué Gianni convenció a Pettovello

No te vayas sin decirme…

Javier Gerardo Milei está en un brete. Debió echar a su amigo de veinte años, Nicolás Posse, con el que almorzaba cada día en los tiempos de la Corporación América, en los bares de Palermo. Y ahora, armó un operativo de contención de su compinche, quien lo sostiene emocionalmente cuando se siente desbordado. Hoy, el Presidente intenta frenar la partida de su amiga: Sandra Viviana Pettovello se quiere ir y ya lo habló varias veces con el jefe de Estado. “Acá tenés mi renuncia”, repitió una vez más el último fin de semana en la Residencia Presidencial de Olivos. “Quédate por favor”, rogó el líder libertario. La ministra de la cartera más poderosa de la administración Milei atraviesa, además de los bemoles de gestión y políticos, una situación familiar delicada y se quiere ocupar de eso. Pero Javier busca que se quede. No puede soportar la partida de sus dos referentes personales en un lapso tan breve. “Posse ya es historia”, repitió tres veces ante los periodistas, como Pedro negando a Jesús. Hay miradas conspirativas en el seno del Gobierno. “Lule” Menem, el segundo de Karina Milei en la Secretaría General de la Presidencia, jura lealtad a Pettovello, con quien salió casi abrazado del Cabildo de Córdoba, el pasado 25 de mayo. Santiago Caputo, “el consejero del Rey” elude las miradas sobre supuestas filtraciones a determinados periodistas sobre la “debilidad” política de la ministra de Capital Humano, quien fue vista reiteradas veces llorando en las oficinas ministeriales. Los hermanos Milei están más desconfiados que nunca: braman contra periodistas a los que elogiaban y retuiteaban y ahora maldicen tras las críticas a la actuación oficial sobre el dengue, la situación de Pettovello y que, además, osaron dar aire prolongado a los alimentos sin repartir. Micrófono abierto…

Milei y Pettovello se volvieron a encontrar en la jura de Francos. Foto Presidencia.

Love is in the air

Los Milei creen en las pruebas de amor. Nicolás Posse no la superó cuando se lo interrogó sobre supuestas escuchas en lo más alto del poder. Sí la aprobó Guillermo Francos durante el paso de la Ley Bases por las comisiones del Senado: el Presidente y la secretaria general querían comprobar que el entonces ministro del Interior no los traicionaba con los gobernadores. Con los hermanos en viaje por EE.UU., observaron con deleite cómo el hoy jefe de Gabinete sudaba la gota gorda, yendo y viniendo de la Rosada al Congreso para conseguir las firmas para el dictamen oficialista. El veterano Francos lo logró y su llegada a la coordinación ministerial fue con éxito. Ahora, los hermanos apuntan a otra prueba de afecto: cómo se comportará el juez federal Ariel Lijo con la causa de los contratos de Capital Humano con la OEI. La funcionaria Leila Gianni señaló a Pablo de la Torre, el expulsado secretario de Niñez y Adolescencia, por haber nombrado a amigos y, de paso, por demorar el reparto de 5.000 toneladas de alimentos, acopiados y a punto de vencer en depósitos de Villa Martelli y Tafí Viejo. La prueba de amor de Ariel Lijo será determinante para la suerte del magistrado y su deseada llegada a la Corte Suprema de Justicia. El proceso de construcción de poder de los Milei es así: todos deben confirmar si se suben a la experiencia o no. Y además, ellos deciden cuándo alguien se baja de esa empresa. Como le sucede hoy a Pettovello…

Ariel Lijo - Javier MileiAriel Lijo – Javier Milei

Tatuaje pingüino

Quien hoy supera con creces esa prueba de fidelidad es Leila Gianni, la ex camporista que ocupa la Secretaría de Legales de Capital Humano. La mujer que tiene tatuados dos pingüinos en un brazo hoy es la abanderada de las denuncias contra los “traidores”. Le pasó a Omar Yasín, el secretario de Trabajo extrañamente expulsado por los aumentos salariales autootorgados por las autoridades superiores del Poder Ejecutivo. Después, la hiperactividad de Gianni generó la salida de la mano derecha de Pettovello en el ministerio, Maximiliano Keczeli, quien se fue espantado ante el avance en modo “topo” de la ex peronista. “Leila es el cuerpo que detecta corrupción”, señalan en Capital Humano al describir a la funcionaria adoptada por las Fuerzas del Cielo, luego de su paso por La Cámpora y por la función pública con el kirchnerismo: entró a la Anses en 2012, después fue a Ambiente, volvió luego a la Anses y retornó al ya Ministerio de Ambiente entre 2022 y 2023. La coronación de la performance de Gianni -y el definitivo convencimiento para su crecimiento en el Gobierno- fue su transformación en vocera, pues Sandra P. Es una ministra silenciosa. Como era su archienemigo Nicolás Posse. O como es “Lule” Menem, el preferido de Karina Milei para la silla del ministerio donde “sí hay plata”…

Leila Gianni y sus tatuajesLeila Gianni y sus tatuajes

Peronistas pero no bolú

En tanto, en el kirchnerismo la interna se apaciguó en modo público. Ya fueron varias las reuniones que mantuvo Cristina Elisabet Kirchner con Axel Kicillof, el gobernador que osó hablar de una “nueva música” en el peronismo. Pero las diferencias políticas no frenan los acuerdos sobre nombramientos: si hay peleas, que no se note. Por eso, se efectivizó la designación del exministro K, Tristán Bauer, como director de la Agencia Ejecutiva y Artística del Teatro Martín Fierro. Este rol, aparentemente menor para el ex director de cine, es para llevar adelante la restauración del Teatro del Lago, icónico edificio de la ciudad de La Plata. Sergio Tomás Massa tampoco perdió el tiempo: ubicó finalmente a su dirigente Micaela Ferraro como presidenta de la Fundación del Banco Provincia, un lugar deseado por los subsidios y apoyos que puede brindar y que tenía destino para Malena Galmarini, quien decidió no asumir y dedicarse a la actividad política y no a una función pública. Las reconciliaciones kirchneristas acercaron también a Máximo Kirchner quien hasta abrazó al gremialista porteño Víctor Santa María, quien mantiene una puja política con quienes hoy controlan el PJ en CABA, que son el auditor Juan Manuel Olmos, el diputado Leandro Santoro y el legislador y empresario del mundo del vino Matías Lammens. Salud, compañeros…

Máximo Kirchner, junto a Axel Kicillof, en Moreno. ArchivoMáximo Kirchner, junto a Axel Kicillof, en Moreno. Archivo

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