El Gobierno avanzó bastante en las últimas horas, pero hay firmas críticas que chocan con el Ejecutivo. Frenéticas reuniones tras la cumbre de Victoria Villarruel, Guillermo Francos y dialoguistas
La cumbre realizada por Victoria Villarruel y el flamante jefe de Gabinete, Guillermo Francos, con los jefes de la oposición dialoguista en el Senado, sirvió este martes para blindar algunas modificaciones de la ley Bases y el paquete fiscal que regresarían, en segunda revisión, a Diputados. No obstante, la reunión no logró por ahora el premio mayor: convencer a legisladores clave a comprometer su firma mañana en el plenario de comisiones de la Cámara alta y, por tanto, conseguir los tan ansiados dictámenes.
A partir de esta previa, se debe pensar una cuestión numérica trascendental. Veamos:
*Misma situación corre la de Legislación General -cabecera de debate de la ley Bases-, que maneja el presidente provisional de la Cámara alta, Bartolomé Abdala.
Para que un dictamen pueda convertirse en tal, se precisan las firmas de la mitad más uno de los integrantes de cada una de las comisiones. No hace falta que sean sobre el mismo texto, ya que pueden haber varios despachos.
En el caso de la ley Bases, al tratarse de tres comisiones, podría no haber mayoría en cada una de las mismas y pasar a una sumatoria de firmas para dirimir el asunto.
Todas estas opciones se estudiaron en las últimas 72 horas. Ahora volvamos a cada comisión:
*En Presupuesto, la firma imposible es la del radical y titular del centenario partido, Martín Lousteau. No se lo vio este martes en el Senado por molestias físicas y se cree que, en el mejor de los casos, presentaría un dictamen propio.
Pese a lo negativo, ayudaría al resto por blanquear una rúbrica, aunque el oficialismo necesitará sí o sí al resto de la oposición dialoguista, por más que sea en disidencia. Por caso, en dicha comisión se encuentra Guadalupe Tagliaferri (Pro). Espera más respuestas del Ejecutivo y funcionarios la visitaron en su despacho en las últimas horas.
*A Lousteau también se lo descarta, claro está, en Legislación General. Además, allí aparece el santacruceño José María Carambia, que ahora pretende modificaciones mineras de fondo en la ley Bases; y Kueider, sobre quien se debe esperar hasta último momento para saber qué hará. Por ende, varios cabos sueltos.
*En la de Asuntos Constitucionales, de 19 integrantes, están Kueider, Tagliaferri y el radical bonaerense Maximiliano Abad, a quien se lo vio ofuscado esta tarde en pasillos de la Cámara alta.
Por lo visto, la posibilidad de no contar con una firma no es fija en ninguna comisión, y los grifos abiertos son varios todavía. Incluso, si legisladores como Lousteau y Carambia presentaran dictámenes propios. El primero estudió por completo las iniciativas y estaría en condiciones de hacerlo; el segundo, no tanto.
Mientras tanto, el kirchnerismo se mantiene a la expectativa y no moverá un dedo. Si el oficialismo y la oposición dialoguista consiguieran la mitad más uno de las firmas en cada comisión, el Frente de Todos mostraría un ya anunciado despacho de rechazo. Y si aparecieran más fugas en los dialoguistas y dictámenes individuales, el del peronismo estaría en condiciones de ser el de mayoría. Un escenario alejado, pero no irreal.
Un último punto: en caso de confirmarse lo de Lousteau y si Carambia no acompaña ni siquiera en disidencia, el rechazo en general del proyecto tendría a los 33 del Frente de Todos y adheriría a dos legisladores. Llegaría a 35, a sólo dos de la mayoría absoluta. Con uno más que se incorpore a este lote, la votación quedaría empatada y definiría Villarruel. Sobre este fleje camina la negociación final en la Cámara alta.