Son pareja hace 30 años y pasaron de hacer playback a las cinco de la mañana en un boliche del conurbano a las giras por todo el país.
Para acercar más dinero a la casa, ella comenzó a publicar sus fotos en la plataforma.
Actúan ahora con su hija Selena y dicen ser una “familia Ingalls, sólo que cantamos ‘fuman, toman y se arrebatan'”.
Lore y Roque me gusta (así, nombre completo) es un grupo de cumbia formado por una familia de Lanús que hace una década logró un súper hit, con Mueve el toto, con el que pasaron del anonimato a recorrer todo el país, ser tendencia en México y tocar en España.
Hoy junto con su hija Sele Masessa (también cantante) muestran su vida en redes y van contra las etiquetas sociales “Somos como la familia Ingalls, sólo que yo canto “Fuman, toman y se arrebatan” y Lore hace contenido en Only Fans”, cuenta Roque Masessa a Clarín.
Estamos en enero de 2014. En un barrio de Remedios de Escalada, Lore pone la pava para el mate, esperando que Roque baje del estudio de grabación. Mientras tanto, por la ventana que da a la calle, se escucha una y otra vez Mueve el toto. Alguna lágrima se le cae en silencio.
Habían peleado por años. Trabajando de otra cosa, llevando cds a boliches o esperando hasta las cinco de la mañana para poder hacer dos temas en playback. Muy duro había sido el camino recorrido, para llegar a ese presente que parecía eternamente esquivo.
“Recuerdo que unos meses antes le dije a Roque que si no podíamos levantar cabeza con ese proyecto yo dejaba la música. Si él quería que siguiera, pero yo ya estaba. Llevábamos más de 12 años en eso. La nena era muy chiquita y quizá había que tomar otro camino”, recuerda Lorena Offer, al momento que se recrimina: “Pensar que al tiempo íbamos a lograr el éxito. Había que esperar un poquito”.
Roque escucha a su compañera y parece que va a llorar antes de lo esperado. Hace fuerza mirando un punto fijo, y vence el impulso. Traga saliva y avanza: “Sin embargo, yo sentía que estábamos cerca. Había en el aire algo especial. Obvio que Mueve el toto fue el detonante de la popularidad, pero yo ya palpaba que no había que perder la fe”.
Se conocen hace más de 30 años. Ella comenzó como bailarina y actriz; él como DJ. El canto y la Movida tropical fueron ese punto en común. Cuando se encontraron, diagramaron una vida juntos arriba y abajo del escenario.
El camino del “sube y baja”
“Fue más de una década, de pagar el derecho de piso. De caminar oficinas, de ir a shows y que nos suspendan y no nos avisen. Ya estaba un poco cansado de la música”, cuenta Roque con, ahora sí, las pupilas irremediablemente húmedas.
Como el arte no era redituable, esos años trabajó de lo que pudo “Laburé desde juntar botellas o en una gomería de 24 horas; hasta maestro pizzero. Creo que sería más fácil si te cuento que no hice”, bromea el cantante y productor.
Primero intentaron con la cumbia testimonial (ambos como cantantes), donde tocaban problemáticas sociales difíciles como el HIV (su canción Llorando sola, fue declarada de Interés nacional en 2007) y luego con canciones más festivas. Pero si el camino ya venía complicado, lo fue más cuando nació Selena, su hija que ahora tiene 20 años, es también cantante y con nombre de estrella popular.
“Cuando Sele llegó, nosotros todavía no ganábamos plata. Hacíamos shows o karaokes. Íbamos a tocar a lugares para que nos vean, pero sin ganar un mango. Y no teníamos quien la cuide así que nos acompañaba”, cuanto Lorena.
Y completa “Siempre pienso lo chiquita que era. La culpa de que pase frío de madrugada, en esas esperas interminables. Ella era muy bebé para bancarse eso”.
Por el país con la música
La situación mejoró cuando se transformaron en managers de una banda que se llamaba Mala Conducta con la que comenzaron a recorrer el país . Luego siguieron como Lore y Roque me gusta, que fue la continuación de su primer proyecto musical: Rompe.
En ese momento decidieron que Sele ya no los acompañaría por “el peligro de recorrer las rutas a alta velocidad”. Principalmente cuando una vez tuvieron un accidente por tratar de llegar a todos los shows. “Bajábamos de la Quiaca y nos cruzamos animales en el medio de la noche, pudo ser una tragedia”, recuerda la bailarina y actriz quien tuvo actuaciones en Casi ángeles, en la TV abierta.
Lore cuenta lo difícil que era para ella dejar a su hija para hacer las giras. Hablaban por celular hasta el último momento antes de subir a cantar. “A veces me llamaba que no podía dormir, o que se había peleado con una amiga y yo estaba por tocar y me sentía tan mal, porque no entendía por qué el reconocimiento que tanto esperamos llegaba con ella tan chiquita”.
Sele, que hasta ahora venía escuchando a sus papás, recuerda que pasaba del otro lado de la línea: “Las giras no me gustaban. Y no era sólo porque era una niña que llamaba a sus papás porque no podía dormir, sino porque sabía lo que pasaba y me quedaba preocupada. Creo que eso me hizo madurar más rápido”, asegura.
“Obvio que había momentos en que los necesitaba -agrega-. En actos de la escuela, de danza, cuando me hice señorita; y por ahí los podía llamar, pero no los tenía cerca. Pero yo sólo quería que volvieran bien”.
Aquel verano inolvidable.
Mueve el toto tenía la fórmula en la que venían trabajando: Una melodía simple y repetitiva, con letras un poco picantes. Ideal para el verano que se acercaba. Para muchos fue el comienzo del RKT en el país.
“En esa época yo había conocido el Dembow dominicano, que tiene una fórmula bien pegadiza y que se repite mucho. Son letras simples y repetitivas que hacen que vos aunque no conozcas la canción la termines cantando”
El hit nació en el estudio de grabación que tienen en la casa. Y para ellos fue fundamental el trabajo del productor y músico Juan Quin, que alquilaba debajo de su vivienda. “Es un amigo que nos acompañó siempre”, recuerda Roque.
“Cuando llegó Mueve el toto rompió todo. Fue mágico. Nosotros teníamos varios temas que sonaban, pero era la época de los megamix y nadie relacionaba nuestra imagen con las canciones. Hasta que Mueve…, nos dio el reconocimiento”, asegura.
Luego del éxito nacional llegó el internacional. La canción sonó inmediatamente no sólo en la región sino en México, los Estados Unidos y España. Tanto que youtubers internacionales como Rubius y Luisito Comunica, hicieron videos con ella. Roque reconoce que “en un momento se le fue de las manos”. porque “quería aprovechar y tocar todo el tiempo”.
En esa línea su compañera comenta que “después de pelearla tanto, sentis que no podés desaprovechar la oportunidad” entonces “quizá tomás riesgos que hoy no haríamos”, completa
En ese proceso, la pequeña Sele empezó a soñar con ese mismo camino “Siempre me gustó bailar y para mi cumple 15 empecé cantar y a componer canciones con mi primera decepción amorosa”, dice quien proyecta algún día hacer una participación con Cazzu.
Primero Roque no estaba muy contento con la decisión de su hija de hacerse solista porque “tenía miedo que pase lo que pasamos nosotros”. Pero una vez cuando le mostró una canción hecha para su mamá “entendimos que tenía talento y que la íbamos a acompañar”, cuenta Lore.
Hoy Selena tiene casi 400 mil seguidores en instagram y varios temas propios sonando en los boliches. Recuerda esos años en los que “empezaron a pedirle fotos a sus papás” y subraya “el orgullo de verlos a dónde llegaron y saber cuánto la pelearon”. “Siempre los voy a presumir”, asegura.
La vida en el teléfono
Para Roque las redes sociales son “una forma de “mostrarse reales”. “Hay mucha gente que porque escucha nuestras canciones y o ven que Lore tiene un perfil sexy se cree que somos no sé qué”.
Lore además hace contenido para OnlyFans. Cuenta que en un primer momento tomaron las fotos que tenia en instagram, con “perfil sexy” y la llevaron a un plataforma para “poder monetizarlas”
“Luego hicimos algunas producciones, pero siempre de ese estilo. Al igual que hace cualquier modelo. El que me ve por las redes quizá se cree un personaje, pero la verdad es que cuando me conocen soy la mamá más normal del mundo”, dice entre risas.
“Ella -cuenta Roque- subía muchas fotos que tenían muchos likes, y dijimos ¿por qué no aprovecharlo? Tenemos 30 años juntos, obvio que soy celoso, pero tengo confianza plena en ella. Entonces no me puedo hacer cargo del rollo de los demás”
Agrega: “De hecho, cuando hicimos el video de Mueve el toto, en una quinta, con chicas, la gente flashea que después termina todo en una orgia. En realidad cuando se cortaba la cámara, la pileta se llenaba de hijos y sobrinos jugando”.
Tanto los haters como los seguidores son parte de ese mundo que ellos crearon en sus redes. La interacción es constante. Responden siempre con respeto y agradecen las muestras de cariño.
Y cierra: “Nuestro mensaje nunca fueron las canciones. Eso fue algo que nos permite ganarnos la vida. Pero como un actor no es su personaje, nosotros no somos nuestras letras. El mensaje es de lucha, de empatía y de que se puede si le ponés el corazón a los que hacés”.
Y ahí van los tres, poniendo el corazón. Aunque saben bien que en la vida se sube y se baja y que eso es no otra cosa que parte del baile (y ellos bailan).