El Tiburón de Baltimore, dueño de 23 oros olímpicos, dijo que la Agencia es “incapaz” y que “desconfía” de su transparencia.
El presidente de la WADA respondió que las palabras del ex nadador están “llenas del tipo de retórica emocional y política que ocupa titulares.
Michael Phelps, el atleta más laureado de la historia de los Juegos Olímpicos, volvió a poner el foco sobre la problemática del doping en el deporte y criticó fuertemente a la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés), a la que exhortó a someterse a una “profunda reforma”, y aseguró que los deportistas no pueden “continuar confiando en una organización que sigue demostrando ser incapaz o no estar dispuesta a aplicar sus políticas de forma coherente en todo el mundo”.
“Tenemos que responsabilizarles por lo que hacen. Viven en una isla”, aseguró el ex nadador de 38 años.
La leyenda estadounidense, ganador de 23 oros olímpicos y un total de 28 medallas, compareció ante el Congreso de su país junto a su compatriota Allison Schmitt, cuatro veces campeona olímpica. Y le pegó con dureza a la WADA, llevando la atención sobre todo en el escándalo de doping que involucró a la natación china en 2021.
La semana pasada el New York Times dio a conocer que tres de esos nadadores -entre ellos dos medallistas de oro en Tokio y un plusmarquista mundial- ya habían dado positivo por sustancias prohibidas varios años antes. Y el escándalo sumó un nuevo capítulo poco después, cuando se confirmó que once de esos deportistas formarán parte del equipo para París 2024.
El “Tiburón de Baltimore”, que durante su carrera conquistó además 26 títulos mundiales en pileta larga, contó que “amigos cercanos” se habían visto potencialmente afectados por la decisión de permitir que los nadadores chinos compitieran en Tokio. “Muchos de ellos vivirán con el ‘Y si…’ durante el resto de sus vidas”, aseguró.
“Compitiendo en el máximo nivel pude experimentar en primera persona la incertidumbre y las sospechas de doping. Lo más duro fue ver a otros atletas conseguir marcas casi imposibles injustamente, sabiendo el enorme esfuerzo y sacrificio que requiere conseguir esos tiempos de manera limpia. Era desalentador y desmoralizante”, relató Phelps.
El estadounidense recordó que en 2017 ya había comparecido ante ese mismo Comité del Congreso por el mismo problema y dijo que le dolía verse una vez más en la misma situación.
“La última vez que hablé delante del Comité, en 2017, fue la primera vez que hablé públicamente sobre doping y para un deporte justo. Hablé de la necesidad de que un atleta pudiera creer en sí mismo y competir en un nivel tan alto, sabiendo que eso solo es posible cuando cree que el sistema es limpio y justo. Después de mi testimonio, me sentí optimista de que se iba a generar una reforma necesaria y profunda para crear un campo de juego internacional limpio y justo. Me alegró ver que algunas reformas se pusieron en marcha en la WADA, que finalmente reaccionaba a los pedidos de mejora de este Comité. Pero hoy estoy de vuelta aquí por la misma razón”, se lamentó.
“Si leen mi testimonio de 2017, cada palabra todavía tiene vigencia. Para mí está claro que cualquier intento de reforma de la WADA se ha quedado corto. Por eso insto a este Congreso a que utilice su considerable influencia sobre la Agencia para que se transforme en una organización independiente y efectiva”, continuó.
Y aseguró: “Sigue habiendo problemas sistémicos profundamente arraigados que resultan perjudiciales para la integridad del deporte internacional y el derecho de los deportistas a una competición justa, una y otra vez. No parece ser una coincidencia que la WADA haya cedido una vez más a las presiones del deporte internacional en perjuicio de los atletas. Si dejamos que esta situación continúe, los Juegos Olímpicos podrían perder credibilidad”.
Smith, de 34 años e integrante del equipo de relevos estadounidense en la prueba 4×200 metros libre que conquistó la medalla de plata en Tokio por detrás de China, coincidió con el diagnóstico de Phelps y recordó que “ya había escuchado hablar de los casos de doping en el equipo chino, pero inicialmente no le di trascendencia a esos rumores”.
“Hoy sé que el equipo de relevos chino estaba integrado por nadadores que debieron haber sido sancionados y ya no tengo dudas“, completó Schmitt, al exigir “en nombre de los atletas estadounidenses, mayor responsabilidad por parte de la WADA y de todo el sistema antidoping”.
Phelps contó que en el pico de su carrera entrenó cinco años sin tomarse ningún día libre, porque entendía que a su nivel de competencia, eso era necesario para marcar una diferencia.
“Ese sacrificio me llevó a lo más alto, pero también a lo más bajo. Pero lo hice por el objetivo de llegar de un oro y escuchar en el podio el himno nacional de mi país”, comentó.
“Alguna vez, fui un niño con un sueño. Y gracias a la dedicación y el sacrificio, logré hacer realidad ese sueño. Pero solo pude hacerlo porque tenía fe de que me habían dado una oportunidad justa. Si el deporte internacional continúa sufriendo golpes en su integridad, las nuevas generaciones no va a poder confiar en el sistema como lo hice yo. Les pido que se comprometan en la lucha contra el doping para mantener los niveles de justicia e integridad. Trabajemos juntos para asegurar que cada atleta, independientemente de su origen, pueda competir de manera justa y alcanzar su sueño”, cerró.
Tanto impacto tuvieron sus palabras en los miembros del Congreso que varios legisladores de ambos partidos consideraron que Estados Unidos debería dejar de financiar a la WADA, en la que el país norteamericano es el mayor contribuyente.
El testimonio de Phelps llegó a la Agencia Mundial Antidoping, que no tardó en responderle.
Witold Banka, presidente de la WADA, afirmó en un comunicado que las palabras del estadounidense estaban “llenas del tipo de retórica emocional y política que ocupa titulares” y dijo que no son críticas “constructivas” para “fortalecer el sistema mundial antidopaje”.
Y cuestionó el pedido de los legisladores para que Estados Unidos retirara el financiamiento, asegurando que “sería más perjudicial para los deportistas estadounidenses, ya que sólo serviría para debilitar el sistema antidopaje en otras partes del mundo donde se encuentran sus competidores”.
Con información de agencias.