Mirna Stella Maidana (55) era de Rawson. El hombre se metió en su casa y la mató al regresar de su trabajo como administrativa de un colegio.
Era divorciada y tenía tres hijos. Por el femicidio quedó detenido Pablo Fernando Moyano (53), que le robó hasta fideos, arroz y una minipimer.
“Me dice cosas lindas, es humilde“, le contó hace unos meses la mujer a una de sus amigas. “Eso no tiene nada que ver. Ojo Myrna, él sabe que vos sos sola“, la alertó ella. Era una relación incipiente. Todo empezó por una app de citas, siguió por Instagram y el primer encuentro fue en una confitería de Rawson. Terminó en un brutal femicidio.
Con apenas dos meses de vínculo, Pablo Fernando Moyano (53) le había pedido irse a vivir con ella, Mirna Stella Maidana (55). Su nombre era así, con i, pero corregía a todos porque no le gustaba. “¡Soy Myrna!”, recalcaba. Era quien hacía reír donde estuviera.
La mujer tenía dos trabajos como administrativa en la ciudad capital de la provincia de Chubut: por la mañana iba a la Escuela N° 795 de Artes Visuales. Al mediodía se volvía a su casa y a las 14.30 su presencia nunca pasaba desapercibida en la Escuela Politécnica N° 702.
En Rawson tenía cerca a su hermana. “Llegó la reina fashion“, bromeaban cuando llegaba a trabajar, ya que le encantaban la moda, los zapatos, vestirse bien. Preparaba el mate y la oficina se llenaba de gente.
“Tengo miedo, no lo quiero ver más“, le confesó Myrna hace unos días a una amiga después de cortar la relación.
Moyano, que se había desempeñado como remisero y tiene dos hijas, le dijo iba a empezar a trabajar en la pesca y quería instalarse en su casa de la calle Vaughan al 200, en el barrio Área 16.
La mañana del miércoles, la mujer salió de su casa en su Ford Fiesta Ambiente, color champagne, a las 8. Mediante el análisis de las cámaras de seguridad se detectó que el hombre llegó media hora después y entró con una llave. No se sabe si la sacó de un lugar que ya sabía o si se la había robado.
A las 11.40, Myrna estacionó sobre la calle y bajó. Adentro la estaba esperando el asesino, quien la mató a golpes en el rostro y 20 minutos después salió, se subió al Fiesta, lo metió en el patio y cargó todos los elementos que le robó.
A las 12 salió de la propiedad y a las 12.20 quedó registrado en la rotonda de la ruta 7. A las 14.20 llegó a Gaiman, donde dejó el auto estacionado de contramano sobre la calle Morgan, fue caminando hasta la plaza central y abordó un colectivo interurbano hasta Trelew.
En esa ciudad fue donde lo detuvieron el jueves, a las 12.35, mientras llegaba caminando a su hogar, en la calle Costa Rica al 300, del barrio Corradi, con un bolso con pertenencias.
En la casa había dejado todo lo que le robó a la víctima: dos televisores, ropa, un canasto azul con distintos objetos, un bolso matero, un termo rojo, una minipimer, un ventilador, cortinas, sábanas y hasta fideos y arroz.
Una pericia de odorología, con el perro “Donatello”, de la raza belga bloodhound, conocida como San Huberto, a partir de muestras en el volante y el asiento del conductor del Fiesta, permitió establecer que el hombre se bajó del auto donde lo dejó abandonado y caminó unos metros.
En conferencia de prensa, el ministro de Justicia y Seguridad, Héctor Iturrioz, destacó el rápido trabajo de la Policía, que a nivel provincial está a cargo del comisario Andrés García. “Fue un animal cómo lesionó a la víctima“, afirmó el funcionario.
Por su lado, García comentó que “se conocían desde hace dos meses, a través de una aplicación” y añadió que “no había denuncias previas de situaciones de violencia”.
Fueron los compañeros de trabajo del politécnico que alertaron que la mujer, quien padecía hipertensión, no se había presentado a desempeñar sus tareas. “¿Estás bien?“, le escribió Claudia. El mensaje de WhatsApp solo quedó un tilde. Entonces la llamó por teléfono, pero saltó directamente el buzón de voz.
Como Myrna siempre era de avisar si llegaba tarde, decidieron ir hasta su casa. El auto no estaba. Ya con la intervención de la Policía, se contactaron con su hermana. Al entrar, se encontraron con todo revuelto y el cuerpo de la víctima. Restaba conocer el resultado de la autopsia para determinar si, además de los golpes, recibió alguna puñalada.
“Ella no era docente, siempre fue administrativa“, le contó Claudia a Clarín, poco antes de participar de una marcha por justicia frente al lugar donde este jueves se desarrolló la audiencia de control de detención del imputado, a cargo de la jueza Karina Breckle.
No solo las cámaras lo incriminan. También el análisis de las antenas telefónicas, ya que su celular operó en la zona de la casa de Maidana entre las 8.30 y las 12, a las 14.10 en la zona de Gaiman y después en Trelew.
De acuerdo a la Policía, Moyano estaba viviendo en la zona del valle desde octubre, pero era oriundo de San Antonio Oeste, en la provincia de Río Negro.
Breckle le dictó la prisión preventiva por seis meses. Si bien no se informó oficialmente, trascendió que lo acusan por femicidio, robo y abuso en contexto de violencia de género. La expectativa de pena es la máxima: perpetua.
EMJ