En un contexto internacional convulso y un escenario local marcado por una fuerte recesión y sin señales claras de recuperación, Milei enfrenta el dilema de ceder a la devaluación o seguir perdiendo reservas netas en el Banco Central.
La soja tocó este lunes el precio más bajo desde agosto de 2020 y redobla la presión sobre la política económica del Gobierno de Javier Milei, que enfrenta el dilema de, por un lado, ceder a la devaluación para compensar a los productores y lograr la liquidación del grano aunque afrontando una escalada de la inflación o, por el otro, seguir perdiendo reservas netas en el Banco Central y apostar a un “blanqueo” salvador de capitales.
Un informe de la USDA (el Departamento de Agricultura del Gobierno de Estados Unidos) pronosticó una cosecha récord del poroto y generó un desplome del precio en el mercado de Chicago. El mercado esperaba buenos datos sobre la marcha de la campaña agrícola en Estados Unidos, pero igual se sorprendió por el nuevo cálculo que elevó la proyección de producción en 3,5% augurando un máximo histórico de 124,90 millones de toneladas.
El plan económico de Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, está centrado en hacer bajar la inflación para que hacerla converger primero a la tasa de devaluación de 2% y luego a cero, cuando hipotéticamente se unificaría el mercado de cambio y se liberaría el flujo de capitales, llegando a la “dolarización endógena”. En ese camino, el BCRA dirigido por el socio de Caputo en la actividad privada, Santiago Bausili, decidió abandonar la acumulación de reservas internacionales para intervenir en los mercados financieros y evitar que la brecha entre el dólar oficial y los dólares financieros se dispare y genere expectativa de devaluación que se traslade a la formación de precios.
Este miércoles, el Indec dará a conocer el Índice de Precios al Consumidor correspondiente a julio, que el BCRA anticipó, en una presentación que hizo el vicepresidente Vladimir Werning en Colombia, que se ubicará la general en 3,7% y la núcleo de 3,2%. Los números son muchos mejores de los que reveló la Ciudad de Buenos Aires, que midió 5,1% en julio, y de estudios privados como EcoGo, que dirige Marina Dal Poggetto, que estimó 3,9% para la inflación Core y 4,1% para la que replica el IPC.
EcoGo señaló que en julio “se dejó de lado la actualización de tarifas aumentando el impuesto a los combustibles en una cuantía inferior a la estipulada en un primer momento” para mostrar una desaceleración de la inflación después del alza de junio. También sostuvo que “la caída en la demanda y la actividad continúan manteniendo la inflación núcleo a la baja, que se ve afectada por el descenso del consumo”. Pero pese a la baja que estimó el BCRA, la inflación núcleo no logra perforar el piso de 3% y la estabilidad en el mercado financiero solo se sostiene con la venta de dólares del BCRA.
Milei, Caputo y Bausili quedaron ahora jugados al éxito del plan de blanqueo incluido en la Ley Bases y que ya se reglamentó como único instrumento para la acumulación de reservas, por el que se estima podrían ingresar unos US$ 5.000 millones al BCRA. Pero, en paralelo, el mercado empieza a evaluar que sin acumulación de reservas y con los lazos rotos con el FMI el Gobierno no podrá aguantar con el esquema de devaluación y se verá forzado a un salto cambiario.
Fuente: eldetape web