El último detenido es un hombre de 58 años que pasó 30 en la Policía de Corrientes.
Junto con el comisario Walter Maciel, tuvo un papel central en el hallazgo del botín de nene desaparecido.
Los informes de la Federal dicen que trabaja para el hijo de María Victoria Caillava en un campo que se rastrilló.
Antes de que Laudelina Peña (45) lo mencionara el martes a la noche –durante su última declaración indagatoria ante la jueza federal de Goya Cristina Pozzer Penzo – el ex policía Francisco Amado Méndez (58) ya venía juntando sospechas sobre sus espaldas. Su nombre figuraba varias veces en la causa y él mismo había declarado como testigo el 10 de julio pasado.
Suboficial principal retirado, con 30 años en la Policía de Corrientes, Méndez cumplió un papel importante en el hallazgo del botín de Loan, episodio central del caso ocurrido el viernes 14 de junio, un día después de la desaparición del nene.
En su declaración indagatoria Laudelina lo mencionó como una de las posibles personas que pudieron haberse llevado a Loan. No dio precisiones de su sospecha, ni aportó datos sobre el destino final del nene. Pero su versión bastó para que el ex policía fuera detenido este miércoles por la mañana.
Además era vecino de Loan en 9 de Julio (vivía a dos cuadras) y trabajaba para Jorgito Berton el hijo de otra de las detenidas de la causa, María Victoria Caillava (52). Berton tenía cédula azul del Ford Ka rojo de la funcionaria municipal, auto que fue señalado por los perros como un lugar donde habría estado Loan.
Méndez, quien en los primeros días de la búsqueda se presentaba ante los medios como un simple “baqueano“, hacía changas en un campo de Berton que se rastrilló tratando de encontrar alguna pista sobre Loan.
Según partes policiales de la Policía Federal a los que tuvo acceso Clarín, dos veces se menciona a Jorge Berton (nombre tanto del hijo como del ex marido de Caillava) en relación a los rastrillajes. Uno habla de un campo en Mantilla, Rotonda de Ruta 12 y 123 donde también hay un basural y otro de un pequeño cementerio rural.
Lo de Mantilla –una localidad ubicada a unos 34 kilómetros del centro de 9 de Julio– es llamativo porque el estudio de los celulares de los detenidos determinó que tanto los teléfonos de Bernardino Antonio Benítez (37, marido de Laudelina) como los de su amigo Daniel “Fierrito” Ramírez impactan en las antenas de esta zona durante la tarde del día 13 de junio cuando ellos aseguraban que estaban participando de la búsqueda de Loan
Fue Méndez quien llamó al comisario Maciel el día 14 y le dijo que había encontrado huellas en el barro. Según sus propias palabras en la declaración testimonial: “Se me da por cruzar por el monte y me encuentro con un barro (…) y me encuentro con el rastro de la criatura, seguí las huellas, hasta que en el medio del barro se veían las dos patas sin zapatillas. Y entonces pensé, la zapatilla habrá quedado en el barro”
Según él “como no tenía el teléfono de nadie para llamar. Tenía un teléfono de la guardia de la Comisaría. Encontré ese teléfono porque yo lo había agendado. El llamado fue a las dos de la tarde, aproximado… atienden y yo digo ‘dame con tu jefe’, y me dice ‘yo soy el jefe, soy el comisario Maciel'”.
El relato del ex policia continúa pero nunca se ubica como amigo de Maciel en cuyo teléfono figuraba como “Informante”: “Maciel me dice: ‘Qué pasó’, y yo le digo que encontré algo que podía ser interesante, le digo que encontré huellas y yo ya preservé el lugar. Yo trabajé años en la policía, sabía lo que tenía que hacer. Me pregunta: ‘¿Éstas seguro?’ y me dijo ‘No le llames a nadie Méndez, yo me voy'”.
Es entonces cuando aparece Laudelina, su hija Macarena y las dos vecinas: “Me salen cuatro mujeres del monte. Salen del monte gritando, y me dicen: ‘Dónde está la zapatilla de Loan’. Me dice: ‘Me llamaron y me dijeron que vos encontraste la zapatilla’. Yo no había dicho la palabra zapatilla”.
“Cuando él pasó la tranquera con los otros chicos” –contestó Laudelina– y siguió: “No vi que le chocó la camioneta. Pero la camioneta pudo haberle levantado, si alguien lo llevó y lo entregó. Pudo haber sido Ramírez, o Méndez o cualquiera”. Su declaración no fue la gran cosa pero la causa sumó un octavo detenido en el que muchos caminos se cruzan.
MG