Daniel González se desempeña como director Ejecutivo de IDEA.
Fue el gerente general -CEO- y financiero -CFO- de la petrolera YPF durante la presidencia de Macri.
El Gobierno designará a Daniel González como vice coordinador de Energía y Minería, un área nueva que reportará al Ministerio Economía. Así, el presidente Javier Milei pondrá a un hombre por debajo del ministro Luis Caputo pero arriba del secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo.
Daniel González se desempeñaba hasta el momento como director Ejecutivo del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA). Fue el gerente general -CEO- y financiero -CFO- de la petrolera YPF durante la presidencia de Mauricio Macri y después retornó al sector privado,
La creación del área responde a una reestructuración del Gabinete que encaró La Libertad Avanza para la “segunda etapa” de su Gobierno. Caputo tendrá mayor control sobre áreas centrales para la economía, como energía (donde todavía se debe resolver la quita de subsidios y la desregulación de los mercados) y minería.
La secretaría de Energía fue área del Ministerio de Economía desde que empezó el gobierno de Milei. En forma separada operó el Ministerio de Infraestructura, en el que el fugaz paso de Guillermo Ferraro (apenas un mes y medio) aglutinaba también otras áreas como Transporte y Vivienda, hoy bajo la órbita de Caputo.
Además, Rodríguez Chirillo ordenó la estructura de tarifas de las empresas de transporte y distribución de energía eléctrica y gas natural, como Transener, Edenor, Edesur, TGS, TGN, Metrogas, Naturgy y Camuzzi, entre otras. Entre febrero y abril les autorizó fuertes aumentos a las compañías para regularizar sus cuentas. Y determinó una cláusula de indexación mensual que funcionaría a partir de mayo, pero la necesidad primordial del Gobierno de bajar la inflación provocó que Caputo diera de baja sucesivamente esa fórmula, vinculada a la evolución pasada de los precios y los salarios.
Rodríguez Chirillo también exploró un camino para la desregulación del mercado eléctrico, en el que el objetivo final fuera que las generadoras y distribuidoras pudieran hacer contratos libres, sin la intervención del Estado. Aunque amagó hacerlo en marzo, la idea fue abortada porque primero habría que cortar los subsidios, algo que aún está lejos de pasar.