Vitol Power quiere entrar al negocio local de explotación de bocas de expendio con bandera propia.
Fundada en 1966 en Países Bajos, llegó al país en 1996 y quedó habilitada para la venta minorista de combustible.
Una petrolera extranjera está interesada en instalar estaciones de servicio en la Argentina. Fundada en 1966 en Rotterdam, Países Bajos, Vitol Power quiere entrar al negocio local de explotación de bocas de expendio con bandera propia, en el que competiría con YPF, Axion, Shell, Puma y Gulf.
En su última asamblea general extraordinaria, se resolvió que la filial de la compañía neerlandesa será la sucesora de la firma Synergia Oil y quedó habilitada para la venta minorista de combustibles. En 2017, fue una de las que presentó ofertas para quedarse con el negocio de estaciones de servicio que la anglo-holandesa Shell finalmente le cedió a la brasileña Raízen.
Vitol llegó al país en 1996 como parte de un plan de expansión por la región. En ese entonces, quedó al frente del negocio Juan Carlos Colombetti, quien fue Secretario de Energía en el gobierno de Raúl Alfonsín y uno de los autores del ‘plan Houston’. Hoy está al mando de Fernando Aroca en su rol de presidente, ejecutivo que antes pasó por Dapsa.
Cuenta con una oficina en la Ciudad de Buenos Aires y ofrece suministro de naftas y gasoil, asesoramiento, soporte administrativo y coordinación aduanera. “Este trabajo es realizado en un vínculo estrecho con el cliente para identificar las mejores oportunidades de negocio en el competitivo mercado regional”, sostienen desde la operación local.
Para ello, en el partido bonaerense de Zárate, la empresa tiene una terminal de almacenamiento con una superficie de 250.000 metros cúbicos a cargo de la subsidiaria Vitco S.A. Por su ubicación estratégica a orillas del río Paraná, allí recibe importaciones y da suministro a clientes de América del Sur.
El acta de asamblea, que reformó el estatuto social de Vitol, establece que ahora podrá ofrecer agroservices (servicios para el campo) y operar centros de lubricación, así como comercializar y distribuir combustibles o lubricantes directamente al público.
Con la terminal de carga –que permite de forma simultánea el acceso de 12 camiones y sus dos embarcaderos– tiene capacidad para manejar una “amplia gama de productos del petróleo, posibilitando su distribución por medio de barcazas, buques o camiones en toda la región”, explicó.
Según datos de la empresa, comercializa 7,3 millones de barriles de crudo y subproductos por día, con aproximadamente 6.000 fletes marítimos anuales. A nivel global, cuenta con 40 filiales y 8.700 estaciones de servicio, y una cartera de inversiones en activos energéticos que poseen una capacidad de almacenamiento propia de 18 millones de metros cúbicos y de refinado de 550 barriles promedio por día (kbpd).
Pese a que el directorio de la compañía aprobó la operación del negocio de estaciones de servicio, si efectivamente avanza el plan, la petrolera deberá gestionar los permisos correspondientes en las jurisdicciones donde se establezca.
El interés de la empresa se da en el marco de la desregulación del mercado argentino definido en el DNU 70/2023, a partir del cual las petroleras ya no tienen restricciones para operar estaciones de servicio propias.
La medida ya fue implementada por otros países como Chile, donde la saudí Aramco ya abrió su primer punto y planea sumar más de 300 bocas en los próximos dos años, con el formato combinado de shops (“tiendas de conveniencia”)